Leyenda
“La Virgen de la Soledad”
La Leyenda de “La Virgen de la Soledad ”
Versión de Adriana Balmori Aguirre
¿Quién de los cordobeses creyentes o no, no se ha admirado de la belleza del rostro de la imagen de la Virgen de la Soledad que está en nuestra iglesia catedral? ¿quién no ha hecho suyo el dolor que refleja su rostro, el pesar que transmite su gesto, la angustia que muestran sus ojos enrojecidos por el llanto y aun húmedos por las lágrimas que de ellos resbalan, sin que desmerezca su hermosura?
Aunque es conocida como Virgen de la Soledad, es también una Virgen Dolorosa, ésa que acaba de perder a su único hijo y está transida de dolor, dolor que hace más profunda la soledad en que ha quedado. Imagen que, además, está rodeada de un halo de misterio, ya que su origen ha dado lugar a muchas especulaciones y sobre todo a la leyenda, y cuenta esa leyenda que allá por el año 1675, siendo don Juan de Ortega, cura párroco de la Iglesia de la Inmaculada Concepción, llegaron hasta él dos hombres jóvenes que dijeron ser talladores de origen centroamericano en busca de ayuda o trabajo, pues sabían que el cura estaba pensando adquirir unas imágenes.
Impresionado por sus educados gestos y su aspecto que, aunque humilde, era muy serio y además se desenvolvían con gran seguridad, el padre los contrató para que hicieran tres imágenes; el Sagrado Corazón de Jesús, San José y la virgen sufriente en su advocación de la Dolorosa o de la Soledad. Convinieron en que recibirían el material, un adelanto económico y sus alimentos; además, se les adaptaría un salón como taller y dormitorio, y eso sí pidieron no ser molestados. Iniciaron su trabajo y el ama de llaves del Sr. Cura les llevaba sus alimentos dejándoselos al pie de la puerta.
Así, transcurrió poco tiempo, y un día la anciana mujer que les llevaba la comida notó que el desayuno seguía donde lo había dejado, pero se extrañó más, cuando esa noche llevó la cena y todos los platos estaban intactos, alarmada fue a llamar al sacerdote, que llegó a toda prisa, pensando en el trayecto lo peor; que se habrían ido con el dinero, que se habían robado algo, pues era muy poco tiempo para tener terminada al menos una de las figuras. Cuando al fin pudieron abrir la pesada puerta del salón -que se supone es el que está a un costado del Sagrario de nuestra catedral-, y que estaba cerrada por dentro, se encontraron con la enorme sorpresa de que los trabajadores habían desaparecido, la comida de todos los días estaba fresca y sin probar. Sobre la mesa de trabajo estaba el dinero dado como adelanto y en medio del salón tres grandes bultos cubiertos con sábanas.
Al descubrirlos encontraron unas preciosas y perfectas figuras del Sagrado Corazón de Jesús y de San José, – hay quien dice que esta figura es la bellísima talla de San Antonio, que se encuentra en su iglesia-. Sin embargo, su asombro no tuvo límites al descubrir en medio de la habitación, la imagen de María Dolorosa, el vivo retrato de una madre a quien la más filosa espada acaba de traspasarle el corazón, una madre que nos atrapa con su bellísimo rostro enmarcado por la aflicción. De inmediato cayeron de rodillas ante ella, no podían dejar de ver arrobados, las lágrimas saliendo de esos enrojecidos ojos que les miraban, las manos que cruzadas en el pecho eran oración y angustia, en fin, una madre, nuestra madre agobiada por el dolor. No se supo más de los artistas talladores ni cómo pudieron salir, este relato se hizo leyenda y comenzó a transmitirse de boca en boca.
A partir de ese momento el pueblo acudió a conocerla, se volcó en ella y se puso bajo su amparo. Fue entonces cuando empezaron a sucederse hechos en los que su milagrosa intervención fue la de una madre protectora, resguardando a la villa de la peste, o como aquella vez, durante la defensa de la Villa de Córdoba en 1821, cuando el cabo de guardia que custodiaba las armas y la pólvora se durmió con una vela encendida encima de un barril de pólvora que él creía vacío y entre sueños recordaba a una hermosa mujer vestida de un elegante traje negro que con sus manos apagó la vela evitando así una catástrofe; también cuando la amenaza del huracán Janet en los inicios del siglo XX, desvió su curso rodeando a Córdoba y causando estragos en los alrededores, mientras una figura femenina ataviada de negro recorría la ciudad y cuentan que a los pocos días al cambiar la imagen de sitio, las religiosas y damas que lo hacían, descubrieron el reborde de su manto y de su vestido, manchados de lodo, que aún estaba fresco.
Muchos, muchísimos son los relatos y testimonios de la protección que la virgen de la Soledad, ha brindado y brinda a Córdoba y a los cordobeses. Por ello es que miles de fieles la acompañan en pos y se duelen con ella cada Viernes Santo en la entrañable procesión del Silencio.
“La Virgen de la Soledad”
Escucha o lee esta tradicional Leyenda de Córdoba, Veracruz.
Versión de Adriana Balmori Aguirre
¿Quién de los cordobeses creyentes o no, no se ha admirado de la belleza del rostro de la imagen de la Virgen de la Soledad que está en nuestra iglesia catedral? ¿quién no ha hecho suyo el dolor que refleja su rostro, el pesar que transmite su gesto, la angustia que muestran sus ojos enrojecidos por el llanto y aun húmedos por las lágrimas que de ellos resbalan, sin que desmerezca su hermosura?
Aunque es conocida como Virgen de la Soledad, es también una Virgen Dolorosa, ésa que acaba de perder a su único hijo y está transida de dolor, dolor que hace más profunda la soledad en que ha quedado. Imagen que, además, está rodeada de un halo de misterio, ya que su origen ha dado lugar a muchas especulaciones y sobre todo a la leyenda, y cuenta esa leyenda que allá por el año 1675, siendo don Juan de Ortega, cura párroco de la Iglesia de la Inmaculada Concepción, llegaron hasta él dos hombres jóvenes que dijeron ser talladores de origen centroamericano en busca de ayuda o trabajo, pues sabían que el cura estaba pensando adquirir unas imágenes.
Impresionado por sus educados gestos y su aspecto que, aunque humilde, era muy serio y además se desenvolvían con gran seguridad, el padre los contrató para que hicieran tres imágenes; el Sagrado Corazón de Jesús, San José y la virgen sufriente en su advocación de la Dolorosa o de la Soledad. Convinieron en que recibirían el material, un adelanto económico y sus alimentos; además, se les adaptaría un salón como taller y dormitorio, y eso sí pidieron no ser molestados. Iniciaron su trabajo y el ama de llaves del Sr. Cura les llevaba sus alimentos dejándoselos al pie de la puerta.
Así, transcurrió poco tiempo, y un día la anciana mujer que les llevaba la comida notó que el desayuno seguía donde lo había dejado, pero se extrañó más, cuando esa noche llevó la cena y todos los platos estaban intactos, alarmada fue a llamar al sacerdote, que llegó a toda prisa, pensando en el trayecto lo peor; que se habrían ido con el dinero, que se habían robado algo, pues era muy poco tiempo para tener terminada al menos una de las figuras. Cuando al fin pudieron abrir la pesada puerta del salón -que se supone es el que está a un costado del Sagrario de nuestra catedral-, y que estaba cerrada por dentro, se encontraron con la enorme sorpresa de que los trabajadores habían desaparecido, la comida de todos los días estaba fresca y sin probar. Sobre la mesa de trabajo estaba el dinero dado como adelanto y en medio del salón tres grandes bultos cubiertos con sábanas.
Al descubrirlos encontraron unas preciosas y perfectas figuras del Sagrado Corazón de Jesús y de San José, – hay quien dice que esta figura es la bellísima talla de San Antonio, que se encuentra en su iglesia-. Sin embargo, su asombro no tuvo límites al descubrir en medio de la habitación, la imagen de María Dolorosa, el vivo retrato de una madre a quien la más filosa espada acaba de traspasarle el corazón, una madre que nos atrapa con su bellísimo rostro enmarcado por la aflicción. De inmediato cayeron de rodillas ante ella, no podían dejar de ver arrobados, las lágrimas saliendo de esos enrojecidos ojos que les miraban, las manos que cruzadas en el pecho eran oración y angustia, en fin, una madre, nuestra madre agobiada por el dolor. No se supo más de los artistas talladores ni cómo pudieron salir, este relato se hizo leyenda y comenzó a transmitirse de boca en boca.
A partir de ese momento el pueblo acudió a conocerla, se volcó en ella y se puso bajo su amparo. Fue entonces cuando empezaron a sucederse hechos en los que su milagrosa intervención fue la de una madre protectora, resguardando a la villa de la peste, o como aquella vez, durante la defensa de la Villa de Córdoba en 1821, cuando el cabo de guardia que custodiaba las armas y la pólvora se durmió con una vela encendida encima de un barril de pólvora que él creía vacío y entre sueños recordaba a una hermosa mujer vestida de un elegante traje negro que con sus manos apagó la vela evitando así una catástrofe; también cuando la amenaza del huracán Janet en los inicios del siglo XX, desvió su curso rodeando a Córdoba y causando estragos en los alrededores, mientras una figura femenina ataviada de negro recorría la ciudad y cuentan que a los pocos días al cambiar la imagen de sitio, las religiosas y damas que lo hacían, descubrieron el reborde de su manto y de su vestido, manchados de lodo, que aún estaba fresco.
Muchos, muchísimos son los relatos y testimonios de la protección que la virgen de la Soledad, ha brindado y brinda a Córdoba y a los cordobeses. Por ello es que miles de fieles la acompañan en pos y se duelen con ella cada Viernes Santo en la entrañable procesión del Silencio.
“Lecturas recomendadas”

de Córdoba, Veracruz
Descubre todos los acontecimientos y los personajes que dieron lugar a la fundación de esta bella y heroica ciudad.

de los Tratados
Conoce la historia detrás del acuerdo que marcó uno de los eventos más importantes del país, la Independencia de México.

del Café Cordobés
Dale un vistazo a una de las tradiciones más características de la ciudad y la identidad de la región, el café Cordobés.

La Mulata de Córdoba
Descubre la fascinante historia detrás de la icónica leyenda de una de las mujeres más enigmáticas de Córdoba.

La Virgen de la Soledad
Conoce a una de las figuras religiosas más veneradas de la región, donde apreciarás su belleza y comprenderás su dolor.

El Mascarón y el Gallo de Oro
Disfruta y maravíllate a través de este relato que narra la peculiar relación entre 2 personajes totalmente diferentes.






Descarga la Historia y las Leyendas de Córdoba, Veracruz
escaneando el código QR o dando clic en el botón
“Descargar”.
“Lecturas recomendadas”
Fundación
de Córdoba, Veracruz
Descubre todos los acontecimientos y los personajes que dieron lugar a la fundación de esta bella y heroica ciudad.
![]()
La Firma
de los Tratados
Conoce la historia detrás del acuerdo que marcó uno de los eventos más importantes del país, la Independencia de México.
![]()
Historia y Sabor
del Café Cordobés
Dale un vistazo a una de las tradiciones más características de la ciudad y la identidad de la región, el café Cordobés.
![]()
Leyenda
La Mulata de Córdoba
Descubre la fascinante historia detrás de la icónica leyenda de una de las mujeres más enigmáticas de Córdoba.
![]()
Leyenda
El Mascarón y el Gallo de Oro
Disfruta y maravíllate a través de este relato que narra la peculiar relación entre 2 personajes totalmente diferentes.
![]()